25 de febrero de 2011

Las 10 Series Que Marcaron Mi Adolescencia

A todos nos gusta ver televisión de vez en cuando y hay ciertos programas que nos marcan la existencia de alguna manera. Puede ser que sea controversial o estúpida, pero la verdad es que la televisión se ha metido en nuestras mentes para mostrarnos un punto de vista en particular. Queda en nosotros tomarlo o dejarlo. Sumándole a eso la inmadurez de la adolescencia, hay programas que marcan nuestras vidas más allá de lo cotidiano. Aquí van los 10 programas de televisión que más marcaron mi adolescencia:



1: Beverly Hills 90210: Cuando salió este programa yo vivía en el fondo del tercermundismo de la India. Empezarón a pasarlo en Sony (sí, en esa época existía Sony en Asia) y fue completamente impactante. Primero lidiaba con temas que ningún otro programa trataba. Segundo, todo era un chisme divertido e interesante. Tercero, a cual chama no le gustaba Luke Perry, el tipo malo de la serie? En el momento cambió el mundo porque era la primera serie para jóvenes en la que de verdad hablaban como jóvenes. Por cierto, menos mal me enganché a esta y no a Perdidos en el Espacio, la cual pasaban como si fuese un estreno (a pesar de tener unos 20 años). Para mí, 90210 se cayó en el momento en que Brenda salió de la serie. Nnunca fue lo mismo ya que lo que más me entretenía de la serie era el noviazgo de ella y de Dylan. También perdí interés cuando se puso demasiado intensa pues yo estaba muy niña aún cuando salió la serie y no entendía bien algunos de los temas que llegaron a tocar.



2: Salvado por la Campana: Marcó pautas en cuanto a televisión para adolescentes. Me encantaba este programa que trataba de un poco de chamos que se metían en tremenduras en el colegio. Ligaba a que algún día Lisa le parara al nerdito de Screech y que Jessie le espernancara una cachetada de una vez por todas a Slater. Jugaba con mis amiguitas que yo (obviamente) era Kelly Caposki y soñaba con algún día conseguirme a mi Zack Morris. Fue una serie divertidísima y todos queríamos poder lograr las tremenduras que hacían los chicos de Bayside. Además, dentro de todo, era una serie muy sana y a pesar de que lidiaba con temas fuertes como el divorcio, nunca llegó a corromperse como sí lo hizo 90210.



3: El Principe del Rap: Una de las series más divertidas para ver en las Tardes Felices de Venevisión. Empezando por la canción sobre como Will llega a Philadelphia la cual me sabía a la perfección. Quien diría que ahora ese mismo Will tiene un par de mocositos superstars en Hollywood. Admito que nunca fue tan divertido ver la serie en inglés como doblada. El doblaje era gracioso y como de comiquita. Todos queríamos a un primo como Will (aunque no tanto un tío como Phil) y un pana como el DJ Jazzy Jazz. Traté incontables veces de imitar el pasito de baile famoso de Carlton pero es casi tan difícil de imitar como el de Elaine Benes de Seinfeld.


Carlton bailando "It's not unusual to be loved my anyone"



4. 3X3 (Full House): Otra programa de Tardes Felices el cual no me perdía. Posiblemente empecé a verlo antes de la adolescencia, pero fue mi programa favorito por mucho tiempo después. La combinación de los tíos y las sobrinas era divertidísima, y el romance entre el Tío Jesse y Becky, un vacilón. Lo que sí terminaba siendo un fastidio eran los incontables capítulos en los que Jesse cantaba con los Beach Boys. Hasta cuando con los Beach Boys? Me sorprendí años después cuando vi un stand-up de Danny Tanner (Bob Saget) y descubrí que el tipo es medio obsceno haciendo chistes (y graciosísimo también). Sin duda una de las series que más me gustaba cuando era chama.



5. Dawson’s Creek: La mamá de las novelas de adolescentes. Probablemente el programa que más disfruté de todos. Me veía los capítulos y al día siguiente era de lo primero que hablaba en el colegio con mis amigas. El eterno drama entre Joey y Dawson era una adicción. Todos dudábamos si de una vez por todas ella iba a entregarle a él su florecita, ese storyline nos mantenía a todos enganchados. Lo irónico es que al final de la serie me hubiese picado si Joey no hubiese quedado con Pacey. Ay es que eran el uno para el otro vale! Me seguí viendo la serie aún cuando se fueron a la universidad. Por cierto, juré que los dormitorios de las universidades eran como los que aparecían en la serie y mi gran sorpresa fue descubrir que son como 1/8 parte de esos cuartos. Damn you Worthington University!



6: Felicity: Esto era el Candy Candy de la televisión no animada. Admito que me gustaba mucho la serie, pero hay que ver que Felicity estaba completamente loca. Decide cambiar sus planes de vida y perseguir a Ben a New York después de que el tipo le escribe algo así como Nunca Cambies o TQQJ en el anuario. Felicity no se dió cuenta de que son expresiones y que realmente no significaba que Ben de verdad la quería que jode ni mucho menos que lo persiguiera hasta NY. Con todo y eso, la serie era buena, quizás más para mujeres que para hombres, pero era buena. A diferencia del resto del mundo, no paré de verla cuando ella se cortó el peló, sino cuando en la última temporada la roomate bruja devuelve el tiempo para que Felicity cambié el pasado. Sí. Así terminó la serie.



7. A Todo Corazón: La primera (y única para mi) serie juvenil exitosa que sacó Venevisión. Quizás era algo personal porque yo estaba cambiando de colegio a uno venezolano y el programa me ayudó a entender todo un poco más. Pero por Dios, fue un excelente show. Dónde está ese tipo de programación hoy en día? Definitivamente VV decidió mandarlo todo al cipote. De A Todo Corazón salieron una cantidad de estrellas incluyendo a Roque Valero que en ésa época hacía como del “amigo” en el programa. Yo era de las que compraba la revista de la serie y pegaba los afiches que traía en mi pared. Lo admito con verguenza, pero con dignidad. Lo hice.



8. CSI: Esta serie llegó a mi vida cuando yo tenía unos 16 años. Todos nos volvimos adictos a ella. Estoy segura que en casi todos los laboratorios criminalísticos del mundo hay algún tipo mentándole la madre a esta serie por arruinarle la vida. Ahora todos nos creemos los Grissoms ante cualquier situación criminal. Como ejemplo, hace un tiempo nos robaron un objeto en un Burger King por el cual hicimos toda una invesitgación para determinar quién fue el ladrón. Cuando llegamos con las evidencias a la policía nos miraron con cara de WTF y casi nos dicen no mija, aquí no sacamos huellas digitales. Todo un fiasco. Caso cerrado, crimen no resuelto. Pero seguimos viendo la serie con la esperanza de que algún día nos pueda ser útil así sea para descubrir quién se robó el último pedazo de torta de la nevera.



9. Friends: El non plus ultra de la televisión para adolescentes ( y adultos, y niños y viejos y todos). Todavía soy de las que acompaño mis almuerzos todos los días con los capítulos repetidos (los pasan a la 1pm por Warner). Todos queríamos - ok, está bien - queremos ser como Joey, Chandler, Monica, Rachel, Phoebe, o Ross. Como mínimo quisiéramos tener amigos como ellos. La verdad es que la idea de vivir en NY en el mismo edificio que tus panas, y pasar todo el día en el Central Perk no suena nada mal. La verdad, confieso que mi personaje favorito siempre fue Chandler. Definitivamente era el más gracioso, y la historia de su mamá/papá? Priceless. Todos tenían su detalle que los hacían divertidos y relevantes. En algún momento de nuestras vidas podemos sentirnos identificados con alguna historia de la serie. Para mí, la mejor comedia que ha existido hasta el momento.



10. El Chavo: Nunca podría faltar nuestro queridísimo Chavo. Una serie que trasciende edades, épocas y generaciones. Es impresionante el alcance que logró esta serie mexicana y como, practicamente todos los venezolanos, nos enamoramos de esta historia. A nadie le pareció curioso el hecho que el Chavo era un tipo como de 40 años vestido de niño y con pecas pintadas en la cara. De la serie salieron frases clásicas que aún hoy en día muchos de nosotros recordamos: Pero no se enoje, Es que no me tienen paciencia, Tenga barriga señor paciencia, y la próxima vez, vaya a molestar a su abuela, Chanfles..entre tantas otras más. Mi favorito: los capitulos en que estaban en clase con el Profesor Jirafales (conocido en los bajos fondos como el Maestro Longaniza) y Ñoño empezaba a fastidiar a todo el salón. Aunque confieso que el Chavo en Acapulco fue especialmente divertido. Estamos todos claros que esa serie jamás podrían grabarla hoy en día. Un niño huérfano que vive en un barril. El dinero que le pagan por lo que sea lo usa para comprar pasteles de jamón. Que qué son pasteles de jamón? nadie sabe. Todo el mundo le pega. Ron Damón es medio alcohólico, la Bruja de 71 es medio stalker con el pobre viejo, a Doña Florinda la alborotan y nunca la terminan de sacar, hay violencia doméstica y verbal, y Kiko es más idiota imposible. Sin embargo, como nos gozamos esta serie. Sin duda marcó mi adolescencia y probablemente la de muchos más.

Lo mejor para mi? Los capítulos donde estaban en clase con

1 comentario:

  1. LOL, que risa esto! Pues ahora que no estoy trabajando, veo Friends a las 9, a la 1 y luego los últimos capítulos a las 6. También te cuento que mientras vivía en Madrid repetían los capítulos del Príncipe del Rap doblado al gallego, y aún así no podía dejar de verla.. esa serie es GENIUS! Ahpra, cuando salió CSI ya yo estaba grande, jejeje.

    Besos Faby!

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