18 de marzo de 2011

Comuniquémonos


En el teléfono

La tecnología y la manera de comunicarnos ha cambiado completamente nuestras vidas. Aquellos días de las cartas escritas a mano, los teléfonos pegados a la pared y los tele-mensajes se acabaron. Hoy en día es fácil y rápido conectarnos, tenemos miles de maneras de expresarnos, escuchar, y ser escuchados. Entre twitter, facebook, blackberry, iphone, y skype (entre tanto más) tenemos el mundo, literalmente, en nuestras manos.

Mi primer recuerdo de tratar de comunicarme a lo lejos con algún ser querido fue con mi amiga Alberta en España desde Estados Unidos. No me quedaba otra opción que enviar cartas. Si hoy en día enviar cartas por el correo regular tarda, imagínense en el principio de los ’90. Pasaban meses cuando recibía una respuesta de Alberta, y lo más probable es que todo lo que estaba en la carta ya era completamente irrelevante. Pero qué emoción me daba recibir cartas de mi querida amiga española.



Carta a Alberta - 7 añitos

La gran solución a nuestro problema comunicacional llegó 1 o 2 años después cuando ya estabámos mudados a Caracas de nuevo. Vivíamos en una pequeña urbanización en Chuao en la esquina de cual había una gran casa vacía que estaba a la venta. Varios de los niños que vivíamos en la urbanización pasábamos las tardes metidos en esa casa jugando y divirtiéndonos. El proceso para entrar en la casa era bastante complicado: nos metíamos por el jardín, subíamos unas escaleras que daban a una ventana mal cerrada y por ahí entrábamos al paraíso de cualquier niño. Fue en una de esas oportunidades en la cual descubrimos en el vacío de la casa un teléfono en el piso de la sala. Esa fue nuestra salvación. Pasábamos horas en el teléfono llamando a España y a Estados Unidos a nuestros amigos. Llamábamos a números al azar y les decíamos que se habían ganado la lotería ( jurábamos que nos la estábamos comiendo), y hacíamos cualquier cantidad de bromas telefónicas. Nunca nos descubrieron. En algún momento los dueños de la casa quitaron el teléfono, pero tontísimamente, no cortaron la línea telefónica. Definitivamente no contaban con nuestra astucia. Era tan simple como llevarse un teléfono de nuestra casa, y voilá una llamada más a España (que no le haría daño a nadie).

En ésa época las llamadas telefónicas eran carísimas, sobretodo a larga distancia. Siempre recordaré que en casa de mi abuela en Gochilandia había un solo teléfono en la cocina de aquellos viejos con la ruedita que había que girar para marcar los números. Por supuesto, la mejor solución en donde mi abuela era poner un candado para asegurarse de que nadie hiciera llamadas ni a Caracas. Eso convertía mis vacaciones en una isla de incomunicación en la cual no sabía nada de nadie por unos meses.

Cuando nos mudamos a Delhi todo se complicó. Una llamada desde la India a cualquier otro país era un proceso lento y enredado. Había que marcar unos números, colgar y esperar la llamada que te conectaba con Venezuela. Cuando uno lograba comunicarse, había un delay de sonido como de 15 segundos. Cuando decías ¿cómo están todos?, debías esperar una eternidad para escuchar ¿como están por allá?. Era un fastidio coordinar las conversaciones y nada tenía lógica. Está claro que hablamos muy pocas veces por teléfono con mi familia durante esa época. Nuestra manera de comunicación era limitada a un fax que intercambiábamos cada 3 meses con toda la información posible de lo nuevo que estaba ocurriendo en nuestras vidas. En ésa época mi papá era de las pocas personas que tenía e-mail aunque de nada le servía ya que más nadie de mi familia sabía qué era la Internet.

La llegada de la Internet a nuestras vidas fue revolucionando la manera de comunicarnos poco a poco. Ya estaba en Venezuela de nuevo cuando abrí mi primer Hotmail y comencé a utilizar el Chat de ICQ (se acuerdan de eso?). Mis tardes las pasaba ocupadas chateando y leyendo chistes en Taima.com (ni idea si todavía existe). Usaba Yahoo e Infosite para buscar información en la web, lo cual prefería antes de insertar el floppy de Encarta a mi computador. Aunque probablemente era más rápido el floppy ya que mientras el módem hacía la llamada que conectaba a la Internet pasaba una eternidad. De un momento a otro, sin darnos cuenta, la Internet se volvió todo, se convirtió en nuestro día a día. A Hotmail lo reemplazó Gmail, a Yahoo lo reemplazó Google y ICQ cambió por el MSN. Me da risa recordar que cuando me mudé a Miami a estudiar la Universidad, apenas podía comunicarme con mi novio en Caracas. Las llamadas me salían carísimas y no existía BB Messenger. En vez de skype usábamos un programa que se llamaba NetMeeting el cual era pésimo, pero hacía el efecto. Eso fue tan solo en el 2002, pero en términos de comunicación se siente como siglos.

Para mí lo que cambió todo fue Facebook, por lo que estoy de acuerdo con la revista Time de darle a Zuckerberg el título de Man of The Year (aunque se lo merecía como 2 años antes). Cuando empecé a usar Facebook era privado y solo para estudiantes universitarios dentro de Estados Unidos. Revolucionó todo. Se convirtió en una adicción y pasábamos el tiempo subiendo fotos y comentando en los muros de los demás. Debo admitir que cuando Facebook se convirtió público me molestó en un principio, pero jamás imaginé cuánto lograría para la comunicación. Poco a poco fui reencontrando amigos: de Caracas, de la India, de New Mexico, de preescolar y hasta de Madrid conseguí a Alberta. Fue increíble reconectarme con viejos amigos; jamás pensé que volvería a saber de ellos.


Cuchy recibiendo su iPad de regalo!

La comunicación ha cambiado nuestras vidas. Hoy en día tenemos infinitas posibilidades y medios para expresarnos y conectarnos. A veces me da miedo pensar qué podría venir ya que siento que hoy en día ya tenemos todo lo posible. Por eso me sorprende cuando descubro algún avance tecnológico que nos ayudar a comunicarnos aún más. No puedo creer cómo ha cambiado el mundo. Siempre pienso que si me sorprenden los cambios a mi en tan solo 26 años, mis abuelas no deben poder creer lo que ven con el avance de la tecnología. Cuando Cuchy, mi abuela maracucha, nació, hacía apenas 2 o 3 décadas que había llegado la electricidad a Venezuela. Hoy en día Cuchy tiene un iPad, y basta que subas una foto en Facebook para que ella la esté comentando. En palabras de Cuchy la maracucha: Vai pue’.

No hay comentarios:

Publicar un comentario